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| Santa Joana Jugan |
Ayer viernes, 29 de agosto, celebrábamos a santa Joana Jugan. Nació en la aldea francesa de Petites-Croix, cerca de Cancale. Era hija de Joseph Jugan, de oficio pescador, y de Marie Horel. Era la sexta de ocho hermanos. Fue bautizada el mismo día de su nacimiento. Cuando no había cumplido aún los 4 años, su padre desapareció en el mar. Su madre desempeñó varios trabajos. Juana también le ayudaba, y cuidaba de los animales, y rezaba.
Juana participaba de la fe cristiana, inculcada por su madre, junto con otras mujeres de la aldea, y pudo hacer su primera comunión en el año 1803, a pesar del ambiente revolucionario de la época.
A los 16 años fue contratada como ayudante de cocina. Más adelante, en el año 1817, comenzó a trabajar como ayudante de farmacia. También recorría los barrios pobres de la ciudad, y entró a formar parte de la orden tercera del Corazón de la Madre Admirable, fundada por san Juan Eudes.
En invierno de 1839, Juana se encontró con una anciana ciega y enferma, Anne Chauvin, y la llevó a su casa donde la atendió y acostó en su propia cama. Poco a poco, fueron llegando a su casa más mendigos y recibió las primeras ayudas para atenderlos. Se le unieron tres jóvenes, formando el germen de la futura congregación.
En mayo de 1842, el pequeño grupo, dictaminó sus reglas de vida y trabajo inspiradas en la regla de los Hermanos de san Juan de Dios, y Joana Jugan fue elegida superiora. El nombre de la nueva congregación fue SIERVAS DE LOS POBRES. Fue en 1849 cuando adoptaron el nombre definitivo de HERMANITAS DE LOS POBRES.
La generosidad de los amigos y los ingresos de las hermanas no eran suficientes para vivir. y Juana tuvo que mendigar. A Joana le costará mucho, pero lo hará por el Señor y por los pobres.
No siempre es bien recibida. Un día llama a la puerta de un anciano rico y recibe una buena ofrenda. Al día siguiente vuelve a llamar, y este se enfada, pero ella dice:
"Señor, mis pobres tenían hambre ayer, también hoy tienen hambre y mañana seguirán teniendo hambre...". Ya más tranquilo, el bienhechor entrega una limosna y promete seguir haciéndolo. En otra ocasión, un viejo soltero, enfadado, le pega una bofetada. Ella le dice con humildad: "Gracias. Eso es para mí, pero ahora le pido algo para mis pobres, por favor". Tanta mansedumbre abre la cartera del hombre. De este modo, con la sonrisa, consigue invitar a los ricos a la reflexión, al descubrimiento de las necesidades de los pobres, y la colecta se convierte en una verdadera evangelización, en una llamada a la conversión del corazón.
La santa sentía aversión por la ociosidad. Decía: "La Virgen era pobre. Hacía como los pobres, no perdía el tiempo, pues los pobres nunca deben estar desocupados". Tras haber conseguido unas ruecas, hiladoras y devanaderas, las entrega a sus internas menos impedidas, quienes, orgullosas de aportar con su trabajo algún dinero a la bolsa comunitaria, se toman mayor interés en la vida del asilo.
A sus votos religiosos: obediencia, castidad y pobreza, añaden el de hospitalidad, y por este se consagran a la acogida de los ancianos pobres. A fines de 1843, las hermanas tienen a su cargo unas cuarenta personas. El 8 de diciembre, proceden a elegir a su superiora, cuyo cargo vuelve a recaer por unanimidad en Joana.
El 23 de diciembre, el párroco impone su autoridad y anula esta elección, poniendo en su lugar a Marie Jamet, una joven de 23 años. Juana acata la decisión. Acepta las humillaciones.
Fue relegada al noviciado de La Tour, en Saint-Pern, y allí pasó los últimos años de su vida ocupada en las tareas de la casa y acompañando a las novicias, hasta que falleció. Se extinguió dulcemente después de decir:
"¡Oh, María, Madre mía, ven conmigo. Sabes que te amo y que tengo ganas de verte!". Era el 29 de agosto de 1879. Una vida de tanta humildad tenía que producir muchos frutos. Están extendidas por los cinco continentes, viviendo principalmente de las dádivas que reciben.
Su tumba se encuentra en la cripta de la capilla de la Casa Madre en Saint Pern y es visitada por numerosos peregrinos junto a su casa natal en Cancale o la casa de Saint-Servan donde atendió por primera vez a una anciana.
Joana Jugan fue beatificada el 3 de octubre de 1982 por el papa san Juan Pablo II, quien dijo de ella:
"La Iglesia entera y la sociedad no pueden sino admirar y aplaudir el maravilloso crecimiento de la pequeña semilla depositada en tierra bretona por esta humilde joven de Cancale, tan pobre de bienes pero tan rica de fe (...). Dios no podía dejar de glorificar a tan humilde servidora... Al recomendar a menudo a las Hermanitas con frases como "¡Sed pequeñas, muy pequeñas!" "¡Conservad ese espíritu de humildad y de sencillez!""¡Si llegáramos a creernos que somos algo, la congregación dejaría de bendecir a Dios y nos desmoronaríamos!"; Juana estaba revelando en realidad su propia experiencia espiritual... En nuestro tiempo, el orgullo, la búsqueda de la eficacia, la tentación de los medios de poder, están ganando actualidad en el mundo, y también a veces, por desgracia, en la Iglesia. Son un obstáculo para el advenimiento del reino de Dios. Por eso la fisonomía espiritual de Juana Jugan es capaz de atraer a los discípulos de Cristo y de llenar sus corazones de esperanza y de alegría evangélica, tomadas de Dios y del olvido de sí mismo".
El 11 de octubre de 2009 fue canonizada por el papa Benedicto XVI.
Aprendamos de esta gran santa su humildad y sencillez, y la gran acogida hacia los pobres y los ancianos, viendo en ellos al mismo Jesús. Amemos con fervor a la Virgen María como hizo ella.
En el siguiente enlace podemos leer los gozos de la santa.
https://algunsgoigs.blogspot.com/2016/09/goigs-santa-joana-jugan-fundadora-de.html
A continuación podemos visualizar su vida y trayectoria.
https://www.youtube.com/watch?v=jsbZlTVQDA8
de famacia


