martes, 17 de junio de 2025

Patrono de la juventud, SAN LUIS GONZAGA

San Luis Gonzaga

Hoy sábado, 21 de junio, celebramos a san Luis Gonzaga. Nació en 1568 en Castiglione delle Stiviere, en Italia. Era el hijo primogénito de los herederos del principado de Castiglione. Su madre lo consagró a la Virgen y lo hizo bautizar. Su padre estaba más preocupado por el éxito y la gloria futura de su hijo mayor.

Desde pequeño frecuentó cuarteles y aprendió la importancia del valor y el honor. Sus padres le rodearon de buenos preceptores y personalidades ejemplares. A los trece años conoció al obispo san Carlos Borromeo, quien quedó impresionado con su inteligencia y buen corazón. El santo fue quien le administró la primera comunión y le condujo en la vida espiritual.

Luis quiso vivir como un buen cristiano en medio de la corte, y se sometió a penitencias y prácticas de piedad constantes. Deseaba honrar a sus padres, y parecía que se decantaría por la carrera militar.

Luis tuvo que viajar a España. Estando de visita en la iglesia de los jesuitas en Madrid, oyó una voz que le hablaba al corazón: "Luis, ingresa en la Compañía de Jesús".

Luis quiso que sus padres fueran los primeros en enterarse de que deseaba ser religioso. Su madre tomó con alegría la noticia, pero su padre se negó a aceptar este proyecto. Al final, su padre tuvo que ceder.

En una misiva enviada al general de los jesuitas, su padre, don Ferrante Gonzaga, escribió:

"Os envío lo que más amo en el mundo, un hijo en el cual toda la familia tenía puestas sus esperanzas".

Luis ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús. Era fiel observante de las reglas y estaba desprendido de toda vanidad. Se ejercitaba en los oficios más humildes.

La población de Roma se vio afectada por una epidemia de peste. Los jesuitas abrieron un hospital en el que ellos mismos se encargaban de cuidar a los enfermos. Luis cuidó a los pacientes con esmero y gran amor, y contrajo la enfermedad.

San Roberto Belarmino, su confesor, le fue preparando para la muerte. Con la mirada puesta en el crucifijo y repitiendo el nombre de Jesús, san Luis Gonzaga partió a la Casa del Padre la medianoche del Corpus Christi, el 21 de junio de 1591, a los 23 años de edad.

Aprendamos de san Luis su amor entrañable a la familia y su deseo de cumplir por encima de todo la voluntad de Dios. Él vio a Jesús en los más enfermos, y los cuidó sin importarle perder la vida por ellos.

San Luis escribió una emotiva carta a su madre poco antes de morir, agradeciéndole todo lo que ella había hecho por él, e invitándola a alegrarse, pues se iba al Cielo, y allí pronto se encontrarían. En el siguiente enlace se puede leer.

https://www.aciprensa.com/noticias/99943/la-emotiva-carta-de-san-luis-gonzaga-a-su-angustiada-madre-antes-de-morir

En este enlace podemos leer los gozos del santo.

https://algunsgoigs.blogspot.com/2021/07/goigs-sant-lluis-goncaga-en-castella.html

Aquí podemos leer un poema de mossèn Jacint Verdaguer sobre san Luis Gonzaga.

https://algunsgoigs.blogspot.com/2012/04/sant-lluis-de-mn-cinto-verdaguer.html



 

lunes, 9 de junio de 2025

Un gran profeta, SAN ELISEO

San Eliseo

Hoy sábado, 14 de junio, celebramos a san Eliseo. Su nombre significa: "Dios es mi salvación". Es una figura muy importante del siglo IX antes de Cristo. Conocemos el nombre de su padre, Safat, originario de Abel Meholah, al sur de Bewt-Shan, y sabemos que su familia era acomodada. (1Re 19, 16-19).

El Carmelo siempre consideró a este discípulo de san Elías, de quien heredó su doble espíritu, como su segundo padre espiritual.

Dios le elige directa y especialmente para que vaya en seguimiento de Elías (1 Re 19, 16 y ss.), al cual sucederá después de la misteriosa desaparición de éste, heredando su espíritu en la medida establecida por la Ley para los primogénitos: el doble que los otros herederos (2Re 2, 1-15).

Su condición de "hombre de Dios" se revela principalmente en los prodigios de todo género con que está entretejida su vida. Los obra por si mismo, para personas particulares y para comunidades enteras.

Fue el sucesor de san Elías, y le superó en el número y lo llamativo de sus milagros. En el Nuevo Testamento es citado sólo una vez, y es en el Evangelio de san Lucas. (Lucas 4, 27).

Su historia, casi legendaria, fue recogida en 1 y 2 Reyes. Parece que incluso sus propios huesos obraban milagros. (2 Reyes 13, 20).

Eliseo aparece en la Biblia cuando Elías es arrebatado y su carisma pasa a Eliseo. Vemos la fidelidad de Eliseo a su maestro Elías: "... por la vida del Señor y por tu propia vida, te juro que no te dejaré..."  (2Re 2), y concluye con el milagro que tuvo lugar con el cadáver del profeta ya enterrado. Así se nos relata: "Unos que estaban enterrando un hombre, asustados, lanzaron al difunto en el sepulcro de Eliseo y huyeron. Cuando aquel difunto tocó los huesos de Eliseo, recobró la vida y se puso en pie". (2 Re 13, 21).

Los sorprendentes descubrimientos en las grutas situadas la noroeste del mar Muerto, nos muestran los relatos referentes a las fraternidades de profetas de la época de Eliseo.

Eliseo heredó el espíritu de Elías. Vivamos también nosotros muy unidos y contagiémonos de la sabiduría y del buen hacer de tantos santos que nos rodean. No hacen ruido, pero están a nuestro lado. Sólo hace falta tener los ojos atentos y el corazón abierto. Seamos personas de profunda vida interior. Recemos con fervor. Seamos muy humildes y los sabremos descubrir.

María, nuestra Madre, Madre de la Iglesia, nos guíe siempre hacia Jesús. Ella, la fiel discípula del Señor, sea siempre nuestro Modelo. Seamos muy devotos de la Virgen, y creceremos siempre en el Amor a su Hijo, Jesucristo nuestro Señor.

En el siguiente enlace podemos leer los gozos del santo.

https://algunsgoigs.blogspot.com/2019/08/goigs-al-profeta-sant-eliseu-en.html















 

jueves, 5 de junio de 2025

Un pilar del Carmelo, BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ

Beata Ana de san Bartolomé

 Hoy sábado, 7 de junio, celebramos a la beata Ana de san Bartolomé. Nació el 1 de octubre de 1549 en Almendral de la Cañada, cerca de Talavera de la Reina, de una familia pobre. Era la quinta hija de Hernán García y María Manzanas. A los nueve años perdió a su madre, y en el año siguiente al padre. Hizo de pastora. Hacia el año 1570 quiso ser religiosa, pero sus hermanos se opusieron. Cayó gravemente enferma y su familia hizo un voto a san Bartolomé apóstol para su curación. Ana sanó de repente al entrar en la ermita dedicada al santo. Entonces sus hermanos accedieron a que se hiciera religiosa.

Ana ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de san José de Ávila el 2 de noviembre de 1570 tomando el nombre de Ana de san Bartolomé. Tuvo a la misma santa Teresa de Jesús de Superiora, siendo muy amiga suya. Teresa encontró en la joven novicia una discípula modélica. En Navidad del año 1577, cuando Teresa se quebró el brazo izquierdo, Ana fue su compañera inseparable, confidente, secretaria y consejera. Cuando Teresa murió, en el año 1582, pidió que Ana viniera, para morir en sus brazos, haciéndola su heredera espiritual.

En el año 1604, junto con Ana de Jesús, implantó la reforma teresiana en Francia, y también en los Países Bajos, fundando distintos conventos. Fue priora en Anvers hasta su muerte. También fue consejera de la infanta Isabel Clara Eugenia.

Se hizo famosa por la santidad de su vida, acogiendo todos los que le pedían oraciones y consejos. Durante la persecución de un ejército protestante, se atribuyó la liberación de la ciudad a la intercesión de madre Ana y sus carmelitas. Por este motivo, el obispo de Anvers la proclamó: "Liberadora de Anvers".

Ana de san Bartolomé también destacó en la composiciones poéticas místicas.

A principios del año 1626 enfermó, y murió tal fecha como hoy del mismo año, rodeada de su hermanas de religión.

Una gran multitud se dirigió al convento para venerarla, y en sus funerales fue grande la concurrencia. Pronto se le atribuyeron muchos milagros, como la curación de la reina María de Mèdici en el año 1633. Su proceso de beatificación se alargó por sucesos históricos. Finalmente, el 6 de mayo de 1917, Benedicto XV la beatificó.

Aprendamos de la beata Ana su humildad. Santa Teresa de Jesús llegó a decir: "Ana. Ana, tú tienes las obras, yo tengo la fama". Ana pasó desapercibida, pero fue una gran santa. Aprendamos de ella la sencillez y el amor incondicional a Jesús. 

En este mes dedicado al Sagrado Corazón, vivamos con alegría nuestra fe, con amor incondicional a Jesús, siempre los ojos fijos en Él. Él nos ama inmensamente, siempre está a nuestro lado. Seamos agradecidos y correspondamos con amor, aunque sea pequeño el nuestro, a su inmenso Amor.

En el siguiente enlace podemos ver un video sobre la santa.

https://www.youtube.com/watch?v=CRsuH63ft8k