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San Modesto de Tréveris |
Hoy, 24 de febrero, celebramos a san Modesto de Tréveris. Su nombre significa: Humilde o carente de vanidad. Son sinónimos de la palabra modesto las siguientes expresiones: sencillo, sobrio, llano, austero, moderado... Todas estas cualidades encajan de modo extraordinario con la vida del santo.
Modesto fue obispo de la ciudad de Tréveris en el siglo V, en la Galia Bélgica. De su vida se conoce poco. Se sabe que ocupaba el cargo de obispo de la ciudad de cuando esta fue invadida por los reyes francos Meroveo y Childerico I. Se sabe que luchó infatigablemente contra el desaliento y la pobreza del pueblo, y contra la corrupción.
El santo se encontró con una situación muy delicada. Su pueblo estaba siendo ocupado por los reyes francos, que pertenecían a los pueblos bárbaros que se encontraban invadiendo las zonas que antes habían regentado los romanos. La sociedad estaba desecha, la gente sufría calamidades de todo tipo, y se entregaba a todo tipo de vicios.
Modesto practicó el rezo y el ayuno, y encontró la fortaleza necesaria para abrirse camino en medio de la maleza. Así se puso en manos de la Providencia que ya recuerda que en el mundo tendremos luchas, pero Cristo ha vencido al mundo.
Su espíritu de bondad fue calando poco a poco en la gente, que se empezó a sentir tocada por el santo Pastor. Se ganó el afecto de la gente, le invitaban a visitar sus casas. Allí predicaba, y también por las calles de la ciudad. Fue el inicio de un proceso de conversión de cuantos le rodeaban. Modesto atraía de nuevo a las ovejas que se encontraban separadas del redil hacia el Reino de Dios.
El santo murió el 24 de febrero del año 486. Todo el pueblo le aclamaba como santo diciendo: "Ha muerto el santo". Se afirma que sus reliquias se encuentran en la iglesia de san Euquerio de Tréveris.
Aprendamos de este santo su mansedumbre, caridad y humildad; también su gran anhelo para hacer el bien y comunicar el Evangelio de Jesucristo. Vemos que orando fervientemente y haciendo gran penitencia, y amando a todos, atrajo a la fe a tantas personas que sufrían lejos de Dios.
Nuestro mundo no es muy distinto del que vivió san Modesto. Muchos andan perdidos; nadie les comunica la Buena Nueva de que Jesús nos ama. Seamos nosotros apóstoles entusiastas, enamorados, e irradiemos a nuestro alrededor el auténtico gozo que sólo Dios nos puede dar. María, la primera evangelizadora, la que siempre nos da a Jesús, sea la que siempre acompañe nuestro caminar.
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Porta Nigra. Puerta de la ciudad de Tréveris |
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