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Alessio Falconieri |
Hoy día 17 de febrero, celebramos a san Alessio Falconieri, junto con sus compañeros, fundadores de la orden de los Servitas. Alessio nació en Florencia en el año 1200, y murió el 17 de febrero del año 1310.
Alessio era hijo de Bernardo Falconieri, rico negociante de Florencia, y uno de los líderes de la república florentina. Creció en una atmósfera piadosa, cultivando la humildad y la caridad. Se unió a una confraternidad religiosa dedicada a la Virgen María, donde encontrará a sus seis futuros acompañantes. Los siete fundarán la Orden de los Frailes Siervos de María.
El nombre de los siete son los siguientes: Alessio, Amadio, Ugoccio, Bonaiuto, Bonfiglio, Sostenio y Maneto. Los siete, poco a poco, fueron convenciéndose de que debían abandonar lo mundano y dedicarse a la vida de santidad. Vendieron sus bienes, repartieron el dinero a los pobres y se fueron al Montes Senario a rezar y hacer penitencia.
La idea de irse a la montaña a santificarse, les llegó el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, y la pusieron en práctica el 8 de septiembre, día del nacimiento de Nuestra Señora. Ellos se habían propuesto propagar la devoción a la Madre de Dios y confiarle a Ella todos sus planes y angustias. A tan buena Madre le encomendaron que les ayudara a convertirse de sus miserias espirituales y que bendijera misericordiosamente sus buenos propósitos. Y dispusieron llamarse: "Siervos de María" o "Servitas".
Se dice que los siete santos fundadores son un caso único en la Iglesia católica, pues son el único ejemplo de una orden religiosa fundada por siete personas y no por uno o dos fundadores.
¡Qué bonito es que siete amigos se unieran para vivir santamente y con tanto amor a la Virgen María!. En la Bíblia la amistad siempre ha sido cantada. En el Libro del Eclesiástico se nos dice: "El mejor tesoro es un buen amigo" (Eclesiástico 6, 14-15). Nuestro mundo necesita de verdadera amistad y de generosa entrega, y ellos nos brindan un buen ejemplo.
Era el siglo XIII, y vivían en la rica y artística ciudad de Florencia, en Italia. Estaban llenos del espíritu de Dios y de un filial amor a la Virgen. Una de las Crónicas, escribió:
"Hubo siete hombres de tanta perfección, que nuestra Señora estimó cosa digna dar origen a su Orden por medio de ellos. No encontré que ninguno sobreviviera de ellos, cuando ingresé en la Orden, a excepción de uno que se llamaba fray Alejo... La vida de dicho fray Alejo, como yo mismo pude comprobar con mis ojos, era tal, que no sólo conmovía con su ejemplo, sino que también demostraba la perfección de sus compañeros y su santidad".
Las gentes los tenían como santos, pues decían que obraban muchos milagros. Cierto día recorrían las calles de Florencia pidiendo limosna. Unos niños que ni siquiera hablaban aún, exclamaron al pasar ellos: "He ahí los servidores de la Virgen. Dadles limosna".
Desde un principio quisieron hacer hincapié en estas notas distintivas de su espiritualidad: Amor al retiro o soledad y también ejercicio del apostolado cuando fuere necesario, pero especialmente con esta dirección: Propagar la devoción a la Virgen María en especial bajo la faceta de su cooperación dolorosa a la Redención de Jesucristo.
El Papa León XIII canonizó a los siete el 15 de enero de 1888. El más conocido de los siete fue Alessio Falconieri, quien vivió lo suficiente para ver expandida la orden, ya que murió a los 110 años.
Tomemos ejemplo de estos santos, tan devotos de la Virgen María. Recemos con fervor el Santo Rosario y vivamos con el corazón puesto en Dios.
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Siete santos fundadores de la orden de los Servitas |
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