martes, 6 de febrero de 2024

SANTA ESCOLÁSTICA

Santa Escolástica

 Hoy, 10 de febrero, celebramos a santa Escolástica. Nació en el año 480 en el municipio italiano de Nursia. Fue hermana gemela de san Benito, fundador del monacato occidental y patrono de Europa. Al lado de su hermano, Escolástica contribuyó a la formación, fortalecimiento y desarrollo de la vida contemplativa dentro de la Iglesia desde finales del siglo V.

Escolástica y Benito se consagraron desde muy jóvenes a Dios y compartieron el espíritu de lo que hoy conocemos como espiritualidad benedictina, alcanzando, a través de esta, la santidad.

Algunas fuentes citan que Benito residía en el monasterio de Montecassino, fundado por él, y Escolástica en el monasterio de Plombariola, fundado también por su hermano, con la idea de albergar a las mujeres que quisieran vivir dedicadas a la contemplación. Allí, Escolástica llegó a ser abadesa.

Los hermanos mantuvieron un lazo espiritual ejemplar a través de la oración. Por lo menos una vez al año, iba a visitar a su hermano y compartir con él asuntos espirituales.

Cuando llegaba el tiempo, san Benito salía del monasterio e iba a su encuentro. Sobre la última vez que los hermanos se encontraron, san Gregorio escribió una hermosa narración. De acuerdo a dicho relato, Escolástica, estando en compañía de su hermano y presintiendo que no volvería a verlo más, le rogó que no partiera aquella noche sino al día siguiente. Era el primer jueves de Cuaresma del año 547.

Inicialmente, san Benito se negó; pues, según las reglas del monasterio, no podía pasar la noche fuera de su celda, pero santa Escolástica juntó sus manos y se quedó con la cabeza inclinada, orando a Dios. Inmediatamente estalló una fuerte tormenta y un aguacero tan violento que san Benito y los dos monjes que le acompañaban no pudieron ni siquiera intentar volver aquella noche a su convento. Benito dijo a Escolástica: "¿Qué has hecho hermana?" a lo que ella repuso: "Te he pedido que te quedaras y no me has hecho caso. Se lo he pedido a Dios y Él me ha escuchado, ahora si quieres puedes irte". Benito se quedó con su hermana aquella noche en oración, hablando de Dios y de las delicias espirituales. 

Benito volvió a su convento de Monte Casino, y tres días después, al asomarse a la ventana de su celda, vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo. Entonces, por inspiración divina, supo que era el alma de su hermana que viajaba hacia la eternidad feliz. Envió a unos de sus monjes que trajeran su cadáver, y lo hizo enterrar en la tumba que se había preparado para él mismo. A los cuarenta días murió también Benito. Así, estos dos hermanos que vivieron toda la vida tan unidos espiritualmente, quedaron juntos en la tumba, mientras sus almas cantan eternamente las alabanzas a Dios en el cielo. 

Los Gozos lo cantan hermosamente:

"Sol de occidente hermoso

luz de vida Monástica

Sed Benito y Escolástica

nuestro amparo poderoso.

...

Mucho el Gran Benito puede

con Dios, y su omnipotencia,

pero en santa competencia

Escolástica le excede:

Cuando por su ruego llueve

en un caso milagroso.

...

¡Qué hermoso es vivir los hermanos unidos!. Cultivemos esta amistad espiritual, tan agradable a Dios, que nos ayuda a crecer en el Amor. Que nuestra Madre, la Virgen, sea nuestra Maestra y guía.

Santa Escolástica en el Camí dels Degotalls de Montserrat.




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