martes, 28 de noviembre de 2023

SANTA BIBIANA

Santa Bibiana, estatua de Gian Lorenzo Bernini.

Hoy, 2 de diciembre, la Iglesia celebra santa Bibiana. En una familia romana cristiana e ilustre, nació Bibiana, alrededor del año 347, en el siglo IV. Los padres de Bibiana fueron Flaviano, prefecto de Roma, y Dafrosa, una mujer perteneciente a la nobleza romana. Bibiana tuvo además una hermana llamada Demetria.

Con la llegada al poder de Juliano II el año 361, Flaviano, el padre de Bibiana y muy buen cristiano, fue depuesto de su cargo y en su lugar fue nombrado Aproniano, un pagano muy cercano al nuevo emperador.

Los cristianos trataban a Juliano de "apóstata", porque al ascender al poder rompió con el régimen establecido por su predecesor, Constantino, a través del Edicto de Milán, y por haber renegado públicamente del cristianismo, declarándose pagano.

Flaviano, forzado a retirarse de la vida pública, se dedicó entonces al cuidado de los necesitados y perseguidos, así como a asegurar que los cristianos sacrificados en el martirio pudiesen tener siempre una sepultura decorosa, de acuerdo al mandato de la caridad cristiana. Cuando Aproniano, el nuevo prefecto, se enteró de esta nueva tarea asumida por su predecesor, lo mandó asesinar.

Muerto Flaviano, Dafrosa y sus dos hijas se deshicieron de sus bienes y pasaron a vivir en la clandestinidad. Las tres se mantuvieron escondidas, dedicadas a la oración constante y viviendo modestamente. Sabían que los tiempos eran malos y debían estar preparadas para soportar lo que viniese.

Pese al esfuerzo por permanecer ocultas, las mujeres fueron ubicadas y obligadas infructuosamente a renegar de su fe en Cristo. Como se negaron a hacerlo, Aproniano mandó ejecutar primero a Dafrosa, que murió decapitada el 6 de enero del año 362. Entonces, el prefecto intentó de nuevo forzar a Bibiana y Demetria a la apostasía; las encerró en una celda y les retiró todo alimento. Demetria murió de hambre. Bibiana, después de ser cruelmente tratada fue atada a una columna y flagelada hasta morir.

Llena de llagas en todo el cuerpo, habiendo soportado dolores indecibles, Bibiana entregó su alma a Dios en el altar del martirio, por amor a la fe, el 31 de agosto del año 363. Aunque los soldados echaron su cuerpo a los perros, un grupo de cristianos lo rescató y lo sepultó junto a las tumbas de sus padres y hermana, muy cerca de la casa en la que había vivido.

Poco tiempo después, cuando la persecución acabó, los cristianos hicieron del lugar un sitio de culto, donde iban a rezar. Décadas más tarde, el Papa Simplicio ordenó la construcción de la actual basílica dedicada a la santa, ubicada sobre el monte Esquilino, sobre el solar donde se asentaba la casa paterna. Dicha iglesia fue consagrada en el año 467, y restaurada por el Papa Honorio III en el año 1224. En 1626, el gran escultor Bernini elaboró una estatua de la santa, que permanece en su Iglesia.

La tradición cristiana aún venera la columna en que fue martirizada santa Bibiana en la iglesia que lleva su nombre en Roma.

Aprendamos de esta santa la firmeza en defender nuestra fe. Hoy también corren tiempos difíciles. Debemos dar testimonio de que somos cristianos, que nuestro gran Amor es Jesús, y si fuera necesario, estar dispuestos a dar la vida por Él. Nuestra Madre, la Virgen, nos lleve siempre de la mano para crecer día a día en amor al Señor y a los hermanos.

Iglesia de santa Bibiana en Roma


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