lunes, 15 de septiembre de 2025

Primer sacerdote mártir de Corea, SAN ANDRÉS KIM TAEGON

San Andrés Kim Taegon.

 Hoy sábado, 20 de septiembre, celebramos a san Andrés Kim Taegon, y compañeros mártires. 

En Corea, donde nació, hay una peculiaridad en su Iglesia, que no tiene ninguna otra, y es que fue fundada por laicos. 

Cada año, un grupo de sacerdotes chinos de Pekín, entraba y visitaba Corea para compartir la fe con estas personas. Un laico, Lee Byeok, abrazó la nueva fe y fundó la primera comunidad cristiana del país.

Esta comunidad era viva y muy activa, incluso cuando los sacerdotes visitantes regresaron a China, después de haberles impartido el Bautismo. Era el año 1780.

Los sacerdotes chinos regresaron unos años más tarde y trajeron libros religiosos para profundizar la fe de los creyentes coreanos. La comunidad pidió a Pekin que les enviara nuevos sacerdotes, y les mandaron al sacerdote Chu-mun-mo. Entonces pudieron comenzar las celebraciones litúrgicas.

El gobierno coreano no aceptó de buen grado el nuevo culto, y en el año 1802 el gobierno promulgó un edicto estatal que no sólo prohibía la profesión del cristianismo, sino que incluso ordenaba el exterminio de los cristianos.

Andrés fue uno de los primeros sacerdotes coreanos nacidos y crecidos en el país. Nació en 1821 en una familia convertida y muy ferviente, tanto que su padre convirtió su casa en una iglesia doméstica donde mucha gente se reunía para ser bautizada.

Andrés respiró la fe desde niño, y presenció el martirio de su padre, que fue asesinado con solo 44 años de edad, por el hecho de ser cristiano. Estas experiencias fortalecieron su fe. A los 15 años fue bautizado, y estudió en el seminario de la colonia portuguesa de Macao. Nueve años más tarde fue ordenado sacerdote en Shanghái por el obispo francés Jean Joseph Ferréol. 

Juntos trabajaron como misioneros pero en secreto, en una constante atmósfera de persecución. Andrés, al conocer las costumbres y la mentalidad local, obtuvo resultados extraordinarios en el apostolado, hasta que fue arrestado. Murió como mártir el 16 de septiembre de 1846. Tenía 25 años, y en el río Han, cerca de Seúl, fue torturado y decapitado.

Sus últimas palabras fueron:

"En esta última hora de mi vida, escúchenme atentamente; si he mantenido comunicación con extranjeros, ha sido por mi religión y mi Dios. Es por Él que yo muero. Mi vida inmortal está en su punto inicial. Conviértanse al cristianismo si desean la felicidad tras la muerte, porque Dios alberga castigo eterno para aquellos que rehusaron conocerle".

El 6 de mayo de 1984, el papa san Juan Pablo II canonizó a Andrés Kim Taegon junto a otros 103 mártires de Corea, incluido Pablo Chong Hasang, durante la visita que este realizó a Corea. 

Podemos admirar la valentía de este joven, que con sólo 25 años evangelizó su tierra. Admiremos los laicos cristianos de Corea, que mantuvieron viva la llama de la fe, sin tener sacerdotes que les administraran los sacramentos.

¡Cuánto debemos agradecer a Dios la facilidad que tenemos nosotros para recibir la Eucaristía, para confesarnos, para escuchar la Palabra de Dios, para adorar a Jesús en el Sagrario...!

Puede ser que muchas veces andemos distraídos, y acostumbrados a tener tan fácilmente estos grandes regalos de Dios, no los valoremos. ¡Es muy grande poder recibir a Jesús!. Pidámosle a la Virgen que nos enseñe a tratar bien a la Eucaristía, igual como Ella siempre trató con tanto amor a su Hijo Jesús.

En el siguiente enlace podemos ver la vida del santo.

https://www.youtube.com/watch?v=LmWreFjYons



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