jueves, 29 de mayo de 2025

Servivio pronto y alegre, LA VISITACIÓN

La Visitación de Rafael.

Hoy sábado, 31 de mayo, finaliza el Mes de María con la fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel.

Cuando María escuchó del ángel que su prima esperaba un hijo, siendo de edad avanzada, se sintió iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debía ir a visitar a aquella familia y ayudarles, y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella.

San Ambrosio afirma que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel, puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.

María se fue enseguida a prestar servicios humildes a su prima Isabel. Fue como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos los que la necesitan. Este fue el primero de los viajes de María para ayudar a los demás. También fue la primera marcha misionera de María, ya que Ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros.

Es la primera procesión del Corpus Christi. María es la Custodia que lleva escondida en su seno a Jesús por los caminos, desde Nazaret a casa de su parienta Isabel.

Jesús empleó a su Madre para santificar a Juan Bautista. Ahora también Ella sigue siendo el medio por el cual Jesús nos santifica a cada uno de nosotros.

Así como la Virgen nos invita a servir, así también nos invita a orar. De los textos del episodio de la Visitación surgen dos oraciones muy importantes: la segunda parte del Avemaría y el canto del Magnificat.

Cuando Isabel oyó el saludo de María, "el niño saltó en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó a grandes voces: ¡Bendita Tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!. Pero ¿cómo es posible que la Madre de mi Señor venga a visitarme? Porque en cuanto oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno" (Lucas 1, 39-56).

María, sierva del Señor, responde alabando a Dios por sus maravillas: "Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava..." (Lucas 1, 47-48).

San Bernardo señala que, desde la Visitación, María quedó constituida como un "canal inmenso" por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las gracias, favores y bendiciones.

Tenemos una Madre que siempre está pronta para ayudarnos. Acudamos con confianza a Ella y sentiremos su amor maternal y su ternura para cada uno de nosotros, sus hijos muy queridos.

En el siguiente enlace podemos leer los gozos de la Virgen de la Visitación.




Aquí podemos ver un corto vídeo que nos ilustra sobre esta fiesta.






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