San Damián de Veuster |
A los 13 años José tuvo que abandonar la escuela para trabajar en la granja familiar. A los 18 años fue enviado a estudiar a la ciudad de Braine-le-Comte, para que aprendiese francés. En esta ciudad, después de escuchar a unos padres redentoristas que se encontraban allí en una misión, sintió el llamado a la vida religiosa.
El 2 de febrero de 1859 ingresó como novicio de la Congregación de los Sagrados Corazones en la ciudad de Lovaina, tomando el nombre de Damián y siguiendo los pasos de su hermano mayor Augusto, quien adoptó el nombre de Pánfilo.
En 1863, su hermano Augusto, quien había sido destinado a la misión en las islas Hawai, fue afectado por el tifus, lo que le imposibilitó viajar. Damián obtuvo el permiso del superior general de París para reemplazarlo.
El 19 de marzo de 1864 llegó al puerto de Honolulu, como misionero. Allí, Damián fue ordenado sacerdote el 24 de marzo de 1864 en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz.
Los nativos hawaianos se vieron afectados por enfermedades que introdujeron los comerciantes estadounidenses y europeos, y los inmigrantes chinos que iban a trabajar en las plantaciones. Miles murieron, y además se incluyó la plaga de la lepra. Temeroso de que se esparciera la plaga, el rey segregó a los leprosos del reino, trasladándolos a la isla de Molokai.
El Padre Damián solicitó permiso para ir a Molokai. Allí llegó el 10 de mayo de 1873. El obispo Maigret presentó a Damián a los colonos diciéndoles:
"Uno que será un padre para ustedes, y que los ama de tal manera que no tiene vacilaciones en volverse uno de ustedes; vivir y morir con ustedes".
El lugar estaba rodeado de montañas. Había seiscientos leprosos. La primera misión que se impuso fue construir una iglesia y establecer una parroquia consagrada a santa Filomena.
En diciembre de 1884, mientras preparaba su baño, Damián observó que se había causado serias heridas en la piel al introducir sus pies en agua hirviendo, pero había sido incapaz de sentir el calor; de esa manera se dio cuenta de que se había contagiado la lepra. A pesar del descubrimiento, el Padre trabajó incansable construyendo casas y atendiendo a todo.
Al no poder salir de la isla, llevaba años sin poder confesarse. Un día, al acercarse un barco que llevaba provisiones para los leprosos, el santo sacerdote se subió a una lancha y casi pegado al barco pidió a un sacerdote que allí viajaba, que lo confesara. Y a grito entero hizo desde allí su única y última confesión, y recibió la absolución de sus faltas.
Murió el 15 de abril del año 1889, a los 49 años de edad. Sus restos mortales fueron trasladados en 1936 a Bélgica y reposan en la iglesia de la Congregación en Lovaina. Cuando, en 1959, Hawai se convirtió en el estado número 50 de los Estados Unidos, los representantes del pueblo hawaiano escogieron a Damián para que su estatua los representara en el Capitolio de Washington.
En 1994 el Papa san Juan Pablo II lo declaró beato, y patrono de los que trabajan entre los enfermos de lepra. El 11 de octubre de 2009 fue canonizado por S.S. Benedicto XVI.
Aprendamos de este gran santo su heroica caridad en favor de los más sufrientes. Seamos, como él, misericordiosos con los hermanos que padecen tantas enfermedades del cuerpo y del alma.
Pidamos a la Virgen María, consuelo de los afligidos, que sepamos consolar y ayudar a todos los que nos necesiten. Recemos por el nuevo Papa.
En el siguiente enlace podemos ver un resumen de la vida del santo.
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