miércoles, 27 de marzo de 2024

BEATA MARIA RESTITUTA KAFKA

Beata María Restituta Kafka

 Hoy sábado, 30 de marzo, es el aniversario de la muerte de la beata María Restituta Kafka.

María Restituta Helena Kafka nació el 1 de mayo de 1894 en Husovice, cerca de Brün, en Moravia, en la actual república checa. Era hija de Antonio Kafka y María Stehlik. Su padre trabajaba de zapatero, y en el año 1896 se trasladaron a Viena, en Austria, junto con sus seis hermanos.

María, ya desde niña, trabajaba como doméstica y como vendedora ambulante de tabacos. Hacia los 15 años decidió hacerse religiosa. Superada la oposición inicial de sus padres, en 1914 fue recibida entre las Hermanas Franciscanas de la Caridad Cristiana, en Viena.

Primeramente trabajó en los hospitales Neunkirchen y Lainz. En 1919 fue trasladada al hospital de Mölding, donde se debió desempeñar como enfermera en la sala de cirugía; por su gran habilidad se ganó el aprecio de los médicos, hasta llegar a ser una especie de instructora para los recién llegados.

Se prodigaba incansablemente en el servicio a los enfermos y a sus cohermanas. A veces algunas personas no congeniaban con ella por sus actitudes firmes y resueltas.

Al entrar al gobierno el nacionalsocialismo también allí comenzó la persecución contra la Iglesia. Sor María Restituta defendió con firmeza los derechos de los enfermos y de los pobres y la libertad religiosa de los enfermos, negándose a aceptar las restricciones injustas que se trataban de imponer.

Personalmente colocó Crucifijos en los diferentes lugares del hospital, contra expresas prohibciones de las autoridades. A lo largo de su vida cultivó una especial devoción a la Santísima Virgen de los Dolores.

Acusada injustamente, fue detenida por la Gestapo el 18 de febrero de 1942, bajo el pretexto de haber escrito poemas satíricos en contra de Adolf Hitler. En la cárcel debió padecer hambre y condiciones higiénicas infrahumanas durante trece meses. 

María Restituta escribió desde la cárcel: "No importa cuán alejados estemos de todo, no importa si nos lo han quitado todo. La fe que se porta en el corazón nadie la puede quitar. Así se construye un altar en el propio corazón".

Una compañera suya en la prisión dijo: "Era una santa porque en aquella situación alentaba a todos, transmitía fuerza, un espíritu positivo y confianza". 

Condenada finalmente a la pena capital, se preparó devotamente. Emitió en voz alta su profesión religiosa y recibió la sagrada comunión, repitiendo: "He vivido para Cristo y por Cristo ansío morir". Fue decapitada el 30 de marzo de 1943 en la prisión de Viena.

El 21 de junio de 1998 fue beatificada por san Juan Pablo II, quien dijo de ella en la Misa de su beatificación: 

"... Quería servir al Señor especialmente en los pobres y los enfermos. Ingresó en la congregación de las religiosas Franciscanas de la Caridad Cristiana para seguir su vocación en el servicio diario del hospital, a menudo duro y monótono. Auténtica enfermera, en Mödling se convirtió pronto en una institución. Su competencia como enfermera, su eficacia y su cordialidad hicieron que muchos la llamaran sor Resoluta y no sor Restituta.

Por su valor y su entereza no quiso callar ni siquiera frente al régimen nacionalsocialista. Desafiando las prohibiciones de la autoridad política, sor Restituta colgó crucifijos en todas las habitaciones del hospital. El miércoles de Ceniza de 1942 fue detenida por la Gestapo. En la cárcel comenzó para ella un calvario, que duró más de un año y que concluyó en el patíbulo. (...). Conservó en su corazón el Crucifijo, dando un nuevo testimonio de él poco antes de ser llevada a la ejecución capital, cuando pidió al capellán de la cárcel que le hiciera "el signo de la cruz sobre la frente".

Muchas cosas nos pueden quitar a los cristianos. Pero la Cruz como signo de salvación no nos la dejaremos arrebatar. No permitiremos que sea desterrada de la vida pública. Escucharemos la voz de la conciencia, que dice: "Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5, 29)."

En estos tiempos de secularización creciente, esta gran mujer nos puede servir de ejemplo. No escondamos nuestra fe, nuestro amor a Jesús y a María. Seamos coherentes. No busquemos congeniar con el mundo, disimulando nuestras creencias. Dios nos lo ha dado Todo. A Él sólo debemos obedecer y rendir culto.

sábado, 16 de marzo de 2024

SAN JOSÉ ORIOL

Sant Josep Oriol

Hoy, 23 de marzo, celebramos la fiesta de san José Oriol, patrono de los sacerdotes de Barcelona. Este santo nació en la ciudad condal el 23 de noviembre de 1650 en la Calle d'en Cuc, hoy, Mare de Déu del Pilar, y fue bautizado en sant Pere de les Puelles el mismo día. Era el hijo menor de Joan Oriol i Vaquero i Gertrudis Bogunyà i Martí. Fue el único de los ocho hermanos que no murió de niño. De pequeño vivió en el barrio de la Ribera. Era monaguillo de santa María del Mar.

Estudió en la Universidad de Barcelona, y obtuvo el título de Doctor en Teología el 1 de agosto de 1674. Obtuvo un pequeño beneficio en el santuario de la Mare de Déu de Bell-lloc, cerca de Palamós, y fue ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1676 en el palacio del obispo de Vic. El 29 de junio de 1676 cantó su primera Misa en la iglesia de sant Pere de Canet de Mar.

En un primer momento ejerció de sacerdote en el Oratorio de san Felipe Neri. Su ministerio principal estuvo ligado siempre a la parroquia de santa María del Pi, de la que fue nombrado beneficiado en el año 1686.

En una época en que la sanidad pública no existía, él se daba a los enfermos y les atendía con los medios que estaban a su alcance: les lavaba las heridas, les ponía ungüentos, les daba remedios caseros, les atendía y oraba con ellos.

Desde que comenzó a ejercer como beneficiado de la iglesia del Pi, cada fin de mes cuando cobraba lo que le correspondía del beneficio, los pobres ya le esperaban en la puerta, y él se lo repartía casi todo.

Era conocido popularmente como el "Doctor Pa i Aigua", doctor pan y agua, porque solo se alimentaba de eso. Estaba completamente entregado al cuidado de los demás. Dedicó gran parte de su vida y todos los ahorros a atender a los enfermos más pobres de la ciudad. 

A san José Oriol se le atribuyen muchos milagros, la mayoría relacionados con la curación de enfermos. El más famoso de los milagros se recuerda cada año en la Fiesta Mayor del Pi. Es el de "Los rábanos y las monedas". Cuenta la leyenda que en el año 1698, san José Oriol decidió que quería ir a misiones, y emprendió un viaje hacia la Santa Sede. El primer tramo del viaje lo hizo acompañado de un obrero llamado Buenaventura Ballescà. Se detuvieron en un hostal situado en el actual término de Montcada i Reixac porque Ballescà tenía hambre. Famélico y confiado de que José Oriol, que siempre ayudaba a los pobres, le pagaría lo que consumiera, Buenaventura se atiborró tanto como pudo. Pero, cuando llegó la hora de pagar, se dio cuenta de que, como ya era costumbre, José Oriol no llevaba ni una moneda encima. Al ver el problema, el futuro santo, según explica la leyenda, tomó un rábano y lo hizo rodajas, que se convirtieron en las monedas necesarias para pagar la comida.

Esta escena, conocida como el milagro de las monedas, cada año se recuerda por la Fiesta Mayor del Pi, el barrio de san José Oriol. Para la celebración se acuñan unas monedas de chocolate con la imagen del gigante del Pi por una cara y la de san José Oriol por otra.

Durante el viaje, al llegar a Marsella, se puso enfermo y tuvo que regresar a Barcelona, donde permaneció hasta su muerte. Murió el 23 de marzo de 1702 en la calle de la Dagueria, tras una corta enfermedad que él mismo había profetizado poco tiempo antes. 

Al ser tan amado por toda la gente de la ciudad, su entierro fue un acontecimiento al que acudió en masa la población. Por orden del obispo Dom Benet de Sala, el cortejo funeral recorrió el mismo itinerario que la procesión del Corpus, con su cuerpo depositado sobre el lecho utilizado por la Virgen Dormida que se celebraba el día 15 de agosto.

Fue enterrado en la capilla donde ejercía su ministerio sacerdotal y donde aún reposa. Fue canonizado en 1909.

Aprendamos de san José Oriol esta caridad tan extraordinaria hacia las personas que sufren y su gran austeridad para sí mismo.

En vigilias ya de la Semana Santa vivamos con sencillez y entrega estos días santos. Pensemos siempre en los demás, en cómo ayudarles, procurando siempre el bien de nuestros hermanos.

En el siguiente enlace, podemos ver los gozos que se cantan a san José Oriol.

Goigs a sant Josep Oriol

También podemos ver en este enlace un vídeo de la fiesta del santo.

Vídeo gigantes en la fiesta de sant Josep Oriol:


domingo, 10 de marzo de 2024

SAN JOSÉ DE ARIMATEA

San José de Arimatea

 José de Arimatea, a quien celebramos mañana 17 de marzo, era el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús de Nazaret, después de su crucifixión y muerte. Así nos lo narran todos los relatos evangélicos: Mateo 27, 57-60; Marcos 15, 43-46; Lucas 23, 50-55; y Juan 19, 38-42.

José era discípulo de Jesús, pero clandestino por miedo a las autoridades judías. Él no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de los líderes religiosos judíos.

De acuerdo con leyendas medievales, José de Arimatea era hermano menor de Joaquín, el padre de la Virgen María, lo que le convierte en tío abuelo de Jesús. Según esta leyenda, se convirtió en tutor de Jesús, después de la temprana muerte de san José, el esposo de María. 

Para la Edad Media se crearon leyendas que le atribuyen el traslado del Sudario, el Grial y otras reliquias desde la ciudad de Jerusalén a otros sitios en la cuenca del Mediterráneo.

Lo ciertamente verídico es que los cuatro evangelistas coinciden en contar el mismo episodio, en que intervino José de Arimatea. Jesús acaba de morir en la cruz, Pedro renegó de Él por tres veces en público, los apóstoles se dispersan, pero este hombre solicita al procurador romano Poncio Pilato que le permita dar sepultura al cuerpo de Jesús. Con la ayuda de Nicodemo, desclava el cuerpo de la cruz y lo sepulta en su propia tumba, un sepulcro nuevo, recién excavado en la roca, donde se encuentra la basílica del Santo Sepulcro.

Lo envolvieron en lienzos de lino y lo colocaron en la tumba con una gran piedra en la entrada. Este es el motivo por el que la tradición católica lo tiene como patrono de embalsamadores y sepultureros.

Según la leyenda, también recogió la sangre de Cristo con el Santo Grial en el Gólgota, lugar donde fue crucificado.

Tras la resurrección de Jesús, José fue encarcelado, acusado por los judíos de haber sustraído el cuerpo del sepulcro. Se le encerró en una torre, donde recibió la visión de Cristo resucitado y la revelación del Misterio del que el Santo Grial es símbolo: "Tú custodiarás el Grial y después de ti aquellos que tú designarás", habrían sido las palabras de Jesús.

Después de ser liberado, y debido a la persecución de los judíos en Jerusalén, un grupo de cristianos embarcó en uno de los barcos de José y navegaron hasta las costas de Francia en el Mediterráneo. Acompañaban a José, entre otros, María Magdalena, Marta, María Salomé, Marcial y Lázaro. Se convirtieron en los primeros evangelizadores de la zona.

Guillermo de Malmesbury, en sus Hechos de los Reyes Ingleses, narra que José llegó a las islas británicas en el año 63, estableciéndose en la ciudad de Glastonbury, donde fundó la primera iglesia británica, consagrada a la Virgen, y adonde, según leyendas de la Edad Media, llevó el Santo Grial. Es así como el cristianismo se afincó en medio de los bretones de manera que cuando san Agustín fue enviado por Roma a establecer allí la Iglesia, se sorprendió al ver una comunidad cristiana arraigada y bien organizada, con obispos y fieles que daban testimonio del Evangelio de Cristo entre ellos.

Las leyendas no sabemos si son ciertas del todo. Lo que sí debemos admirar en José de Arimatea es su valentía. En momentos de espanto y temor por parte de los más cercanos al Maestro, José, con la ayuda de Nicodemo, quitó los clavos y bajó a Jesús de la Cruz, lo envolvió en una sábana nueva, lo depositó en su propio sepulcro... 

José de Arimatea hizo todo lo que su corazón lleno de amor por el Señor le dictaba. De él debemos aprender, especialmente en este tiempo de Cuaresma, a venerar a Jesús, a compadecernos de Él...

Estamos invitados, en estos días que faltan para la Pascua, a acercarnos a Jesús, a ofrecerle nuestro amor, nuestros buenos propósitos, pequeños o grandes sacrificios que le alivien en su dolor.

Acompañemos también tiernamente a nuestra Madre. ¡Cuánto sufriría María!. ¡Qué consuelo tendría al ver a José y Nicodemo que embalsamaban el Cuerpo de su Hijo tan querido!. Nosotros también podemos consolarla viviendo como buenos cristianos, haciendo la Voluntad del Padre. 

Sepulcro de Jesús

Podemos también ver cómo es venerado en Catalunya. Así se le canta en los Gozos.

Goigs a sant Josep d'Arimatea.

martes, 5 de marzo de 2024

SANTA FRANCISCA ROMANA

Santa Francisca Romana

 Hoy, 9 de marzo, celebramos la fiesta de santa Francisca Romana. La santa nació en Roma en el año 1384. Su nombre completo era Francisca Bussa de Buxis de Leoni. Era de una familia noble y rica. Fue bautizada en la Basílica de la Agonía de santa Inés, ubicada en la Plaza Navona de Roma.

Francisca aspiraba a la vida monástica, pero tuvo que aceptar, como era la costumbre, la elección que por ella habían hecho sus padres. La joven esposa sólo tenía trece años, y se fue a vivir a casa del marido, Lorenzo de Ponziani, que también era rico y noble como ella, y que era el comandante de las tropas papales en Roma.

Fue un matrimonio feliz: No encontró obstáculo para practicar la virtud de la caridad con los más pobres y la oración constante, para lo cual contó con el apoyo de su joven cuñada Vanozza. Con sencillez, aceptó los grandes dones de la vida, el amor del esposo, sus títulos de nobleza, sus riquezas, los tres hijos que tuvo, a quienes amó tiernamente y dedicó todos sus cuidados; y con la misma sencillez y firmeza aceptó quedar privada de ellos.

El primer gran dolor fue la muerte de un hijo, a causa de la peste negra, poco después murió el otro de la misma enfermedad, renovando así la herida de su corazón que todavía sangraba.

En este tiempo, Roma sufría los ataques del cisma de occidente por la presencia de los antipapas. A uno de los pontífices, Alejandro V, le hizo la guerra el rey de Nápoles, Ladislao, que invadió Roma dos veces.

La guerra tocó también de cerca a Francisca, pues hirieron al marido y, al único hijo que le quedaba, se lo llevaron como rehén. Todas estas desgracias no lograron doblegar su ánimo, que estaba apoyado por la presencia misteriosa pero eficaz de su Ángel guardián.

Francisca fue muy generosa, y distribuía sus bienes para aliviar a los demás, sin dejar nada para sí. En el día 15 de agosto, fiesta de la Asunción, del año 1425, fundó la congregación de las Oblatas Olivetanas de santa María la Nueva, llamadas también Oblatas de Tor de Specchi. A los tres años de la muerte de su marido, emitió los votos en la congregación que ella misma había fundado, y tomó el nombre de Romana.

Dios premió las oraciones y trabajos de Francisca y le concedió el don de sanar a los enfermos. La fama de los milagros y virtudes de la santa se había divulgado por toda Roma, y de todas partes la llamaban para que curase a los desvalidos y arreglase las disputas.

Murió el 9 de marzo del año 1440. Sus restos mortales fueron expuestos durante tres días en la iglesia de santa María la Nueva, que después llevaría su nombre.

Tan grande fue el tributo de devoción que le rindieron los romanos que, según una crónica del tiempo, se habla de que toda la ciudad de Roma acudió a rendirle el último saludo. Fue canonizada por el Papa Pablo V el día 9 de mayo del año 1608. 

En el año 1925 el Papa Pío XI la declaró santa patrona de los automovilistas, a causa de una leyenda según la cual un ángel solía alumbrarle el camino con una linterna mientras viajaba, manteniéndola a salvo de infortunios y peligros.

A los 400 años de su canonización, el Papa Benedicto XVI la exaltó, denominándola "la más romana de las santas".

Aprendamos de esta gran santa su docilidad en aceptar la voluntad de Dios, su sencillez, su caridad y abnegación con los más necesitados y su espíritu de oración constante. Que ella interceda ante nuestra Madre la Virgen y nuestros ángeles custodios, para que sepamos vivir con amor a Dios y a los hermanos, rezar de corazón por todos, y ser constructores de paz en un mundo tan necesitado de ella.

Santa Francisca Romana fue muy venerada en Barcelona, como podemos ver en el siguiente enlace con los Gozos de la santa:

Gozos a santa Francisca Romana venerada en Barcelona.

Basílica de santa Francisca Romana

El siguiente enlace explica datos interesantes sobre esta basílica.