Adoración de los Reyes. Témpano de la Iglesia de Santiago d'Agüero (Huesca) |
Hoy celebramos la fiesta de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar. Sólo el Evangelio de san Mateo habla de estos "magos", aunque no precisa sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres. Fue en el siglo III d.C. cuando se estableció que pudieran ser reyes, ya que hasta entonces, por sus regalos y las iconografías que los representaban, tan solo se consideraba que eran personas pudientes. También en este siglo se estableció su número en tres, uno por regalo.
Los nombres actuales de los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecen por primera vez en el mosaico de san Apolinar el Nuevo, en Rávena, que data del siglo VI d.C., en el que se distingue a los tres magos ataviados al modo persa con sus nombres escritos encima y representando distintas edades.
A finales del siglo XV d.C., al rey Baltasar se le representa con la tez negra, y los tres reyes, además de representar las edades, representan las tres razas conocidas hasta la Edad Media. Melchor encarnará a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos.
Según una tradición, los restos de Melchor, Gaspar y Baltasar se encuentran en la Catedral de Colonia, en Alemania. Allí está el Relicario de los Tres Reyes Magos.
En España a partir del siglo XIX se inició la tradición de convertir la noche de Reyes, noche anterior a la Epifanía, en una fiesta infantil con regalos para los niños, a imitación de lo que se hacía en otros países para el día de Navidad, en homenaje al santo oriental san Nicolás. Fue en 1866 cuando se celebró la primera cabalgata de Reyes Magos en Alcoy, tradición que se extendió al resto del país y posteriormente a otros países, especialmente a países de cultura hispánica.
El término "mago" se utiliza para referirse a "hombres sabios", o hombres de ciencia. Ellos, siguiendo una estrella, buscan al rey de los judíos que ha nacido. A Jesús le presentarán oro, incienso y mirra.
La tradición llamó "reyes" a los magos en referencia al Salmo 72 (10-11), que proclama: "Los reyes de occidente y de las islas le pagarán tributo. Los reyes de Arabia y de Etiopía le ofrecerán regalos. Ante él se postrarán todos los reyes y le servirán todas las naciones".
En los primeros siglos hay representaciones pictóricas en las que aparecen dos, cuatro, seis y hasta ocho Magos. No obstante, el fresco más antiguo de la adoración de los Magos data del siglo II y se encuentra en un arco de la capilla griega de las catacumbas romanas de Priscila, y allí aparecen tres.
Melchor es graficado generalmente como un anciano blanco con barba en representación de Europa, y ofrece al Niño el oro, por la realeza de Cristo. Gaspar representa la zona asiática, y ofrece incienso por la divinidad de Jesús. Baltasar es negro por los provenientes de África y regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres, y que simboliza la humanidad del Señor. En la época que se les empezó a pintar con estas características no se tenía conocimiento de América. Los tres hacen referencia a las edades del ser humano: juventud (Gaspar), madurez (Baltasar), y vejez (Melchor).
Sobre la estrella de Belén que vieron los Reyes Magos se han construido varias hipótesis. Antes se decía que fue un cometa, pero estudios astronómicos indican que al parecer se debió a la conjunción de los planetas Saturno y Júpiter en la constelación de Piscis.
Es probable que los Reyes Magos supieran algunas profecías mesiánicas del pueblo hebreo, y por eso llegaron a Jerusalén, al palacio de Herodes, preguntando por el rey de los judíos.
El Papa Francisco, el 6 de enero del pasado año 2023, explicó el significado de los tres regalos de los Reyes Magos. El Papa dijo que son "tres preciosos dones que también nos conciernen a nosotros".
En primer lugar, el Papa Francisco se refirió al "don de la llamada", y destacó que "Dios nos llama a través de nuestros más grandes deseos y aspiraciones. Los Magos se dejaron asombrar e incomodar por la novedad de la estrella y se pusieron en camino hacia lo que no conocían... Se sintieron llamados a ir más allá". En segundo lugar se refirió al "don del discernimiento", "porque los Magos no se dejaron engañar por Herodes sino que saben distinguir entre la meta del viaje y las tentaciones que encuentran en el camino (...)¡Qué importante es saber distinguir la meta de la vida de las tentaciones del camino!¡Saber renunciar a lo que seduce, pero lleva por mal camino, para comprender y elegir los caminos de Dios!. El discernimiento es un gran don, y nunca hay que cansarse de pedirlo en la oración.
Finalmente, el Santo Padre se refirió al "don de la sorpresa", porque los Reyes Magos "acogen la sorpresa de Dios y viven su encuentro con Él maravillados, adorándole: en la pequeñez reconocen el rostro de Dios (...) Saber encontrar la grandeza en la pequeñez que Dios tanto ama (...) Así es como se encuentra al Señor: en la humildad, en el silencio, en la adoración, en los pequeños y en los pobres".
El Santo Padre explicó que "todos somos llamados por Jesús, todos podemos discernir su Presencia, todos podemos experimentar sus sorpresas (...). "Recordar cuándo sentimos una llamada de Dios en nuestra vida; o cuándo, quizás después de mucho esfuerzo, fuimos capaces de discernir su Voz; o también, en una sorpresa inolvidable que Él nos ha dado, asombrándonos. Que la Virgen nos ayude a recordar y custodiar los dones recibidos", concluyó el Papa Francisco .
Vivamos con gozo este día de la Epifanía. Dios se manifiesta al mundo, se da a conocer. Unos sabios venidos de lejos le adoran. Acerquémonos también nosotros a adorarle y ofrezcámosle el mejor don, nuestro corazón. Hagámoslo acompañados de María.
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Los tres Magos siguen la Estrella. |
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