martes, 7 de enero de 2025

DE ABAD CISTERCIENSE A OBISPO, SAN GUILLERMO DE BOURGES

San Guillermo de Bourges

Ayer, viernes, 10 de enero, celebrábamos a san Guillermo de Bourges. El santo nació en Nevers, en Francia. Su padre era Ferry V de Corbeil, y fue educado por su tío Pedro, el ermitaño, archidiácono de Soissons. Muy joven fue hecho canónigo, primero de Soissons y luego de Nôtre Dame de París.

Decidió abandonar totalmente el mundo, y se retiró a la soledad en la abadía de Grandmont. Allí vivió con gran regularidad la vida de esa austera orden, hasta que una disputa entre los monjes turbó la paz del monasterio.

Guillermo pasó entonces a la orden cisterciense, que se distinguía por su fama de santidad. Tomó el hábito en la abadía de Pontigny. Poco después fue elegido abad, primero de Fontaine-Jean, en la diócesis de Sens, y después, del monasterio de Chalis, mucho más importante, que había sido construido por Luis el Gordo, en el año 1136. San Guillermo se consideró siempre como el último de los monjes. La mansedumbre de su palabra daba testimonio del gozo y la paz de su alma. 

A la muerte de Enrique de Sully, arzobispo de Bourges, el clero de la ciudad pidió a Eudo, obispo de París, que le ayudase a elegir un pastor. Como todos querían a un abad del Cister, depositaron sobre el altar el nombre de tres abades. Esta elección por sorteo hubiera sido una superstición, si los electores hubieran esperado un milagro. En realidad era muy razonable, ya que todas las personas propuestas para el cargo parecían igualmente dotadas, y se encomendaba la elección a Dios, poniendo toda la confianza en su Providencia ordinaria.

Después de haber orado, Eudo leyó el nombre de Guillermo, a quien, por otra parte, habían favorecido casi todos los votos de los presentes. Era el 23 de noviembre del año 1200. La noticia abrumó a Guillermo, quien jamás hubiera aceptado el cargo, si el papa Inocencio III y el abad de Citeaux, no se lo hubieran mandado. Guillermo abandonó la soledad con lágrimas en los ojos, y fue consagrado obispo poco después.

Guillermo redobló sus penitencias, diciendo que su cargo le obligaba a sacrificarse por los otros tanto o más que por si mismo. Se preocupaba especialmente por los pobres. Era muy indulgente con los pecadores arrepentidos.

Algunos nobles, abusando de su bondad, usurparon los derechos de su iglesia, pero Guillermo llevó el caso ante el rey. Su humildad y paciencia triunfaron en varias ocasiones. Convirtió a muchos albigenses, y su última enfermedad le sorprendió cuando estaba preparando una misión para estos herejes. A pesar de sus sufrimientos, decidió predicar un sermón de despedida. Esto hizo que la fiebre aumentara y que Guillermo tuviera que posponer su viaje. El día siguiente, sabiendo que se acercaba su fin, quiso adelantar el rezo de la medianoche, pero, al punto en que trazó sobre sus labios la señal de la cruz, solo pudo pronunciar las dos primeras palabras. Entonces, dio la señal a los que estaban presentes que le colocaran sobre un lecho de ceniza, y murió al amanecer del 10 de enero de 1209. Su cuerpo fue sepultado en la catedral de Bourges. En el año 1217, después de numerosos milagros, sus restos fueron depositados en un relicario. El papa Honorio III le canonizó el año siguiente.

Veamos en este santo su humildad y su deseo de cumplir en todo la voluntad de Dios. Buscando estar sólo con Él en la soledad, es llamado a pastorear el rebaño, y acepta con mansedumbre lo que se le confía. También ahora, en algunas diócesis ha pasado algo semejante: monjes que vivían dedicados a la oración y la contemplación son llamados a ocupar sedes vacantes, y ellos, obedecen la voluntad de Dios, y dejan la vida ordenada del monasterio para servir al pueblo de Dios que se les confía.

Que cada uno de nosotros sepamos siempre hacer lo que a Dios le agrada. Sea en el lugar que sea, el Señor desea ser amado. Como la Virgen, nuestra Madre, estemos prontos a hacer su Voluntad. Digamos como Ella: "Soy la esclava del Señor" (Lucas 1, 38). Dios puede obrar maravillas con pobres instrumentos que se abandonan en sus manos. La humildad y el abandono abren las puertas para que Él haga grandes cosas.

En el siguiente enlace podemos leer los gozos del santo.

https://algunsgoigs.blogspot.com/2022/09/goigs-sant-guillem-de-bourges-o-sant-gem.html


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