martes, 2 de julio de 2024

SANTA MARIA GORETTI

Santa María Goretti

 Hoy sábado, 6 de julio, celebramos la fiesta de santa María Goretti. María nació el 16 de octubre de 1890 en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Sus padres fueron Luigi Goretti y Assunta Carlini. Era la tercera de los siete hijos del matrimonio. Su familia era pobre en bienes materiales, pero muy rica en virtudes y en fe. Rezaban en común el rosario todos los días, y los domingos participaban en la Misa y en la sagrada Comunión.

Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen. A los seis años recibió el sacramento de la Confirmación.

Después del nacimiento de su cuarto hijo, Luigi Goretti, por las estrecheces económicas que sufrían, decidió emigrar con su familia a las grandes llanuras de los campos romanos, y se instaló en Ferriere di Conca, poniéndose al servicio del conde Mazzoleni. Aquí María muestra claramente una inteligencia y una madurez precoces, es realmente el ángel de la familia.

Tras un año de trabajo agotador, Luigi contrajo una enfermedad fulminante, el paludismo, que lo llevó a la muerte a los pocos días. Como consecuencia de la muerte de su marido, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores.

Junto a la labor de cuidar de sus hermanos menores, María seguía rezando y asistiendo al catecismo. El rosario le resultaba necesario, y lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. También contemplaba el crucifijo, y se nutría de un gran amor a Dios y un profundo horror por el pecado.

Desde muy pequeña, María anhelaba recibir la Sagrada Eucaristía. En aquella época era costumbre recibirla a los 11 años. Un día le preguntó a su madre: "Mamá, ¿Cuándo tomaré la Comunión?. Quiero a Jesús.". Su mamá le respondió: "¿Cómo vas a tomarla, si no te sabes el catecismo?. Además, no sabes leer, no tenemos dinero para comprarte el vestido, los zapatos y el velo, y no tenemos ni un momento libre. No puedo dejar que vayas a comulgar como una pequeña ignorante". 

María se comenzó a preparar con la ayuda de una persona del lugar, y todo el pueblo la ayudó proporcionándole ropa de comunión. De esta manera, recibió la Eucaristía el 29 de mayo de 1902.

La comunión constante acrecienta en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa virtud a toda costa. 

Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro. Las dos familias viven en apartamentos separados, pero la cocina es común. Luigi se arrepintió enseguida de aquella unión con Giovanni Serenelli, persona muy diferente de los suyos, bebedor y carente de discreción en sus palabras.

Después de la muerte de Luigi, Assunta y sus hijos habían caído bajo el yugo despótico de los Serenelli. María apoyaba a su madre, diciéndole: "Ánimo mamá, no tengas miedo, que ya nos hacemos mayores. Basta con que el Señor nos conceda salud. La Providencia nos ayudará. ¡Lucharemos y seguiremos luchando!".

Desde la muerte de su marido, Assunta siempre estuvo en el campo, y ni siquiera tiene tiempo de ocuparse de la casa, ni de la instrucción religiosa de los más pequeños. María se encarga de todo, en la medida de lo posible. Durante las comidas, no se sienta a la mesa hasta que no haya servido a todos, y para ella sirve las sobras. 

Giovanni, que había quedado viudo, no se preocupa de su hijo Alessandro, que es grosero y vicioso. En su lecho de muerte, Luigi Goretti había presentido el peligro que la compañía de los Serenelli representaba para sus hijos, y había dicho a su esposa: "Assunta, regreaa a Corinaldo!". Por desgracia, Assunta está endeudada y comprometida por un contrato de arrendamiento.

Alessandro comenzó a hacer proposiciones deshonestas a María. María suplica a su madre que no la deje sola en casa, pero no se atreve a explicarle las causas de su pánico. Su único recurso es la oración.

El 5 de julio, a unos cuarenta metros de la casa, están trillando las habas en la tierra. Alessandro lleva un carro arrastrado por bueyes. Hacia las tres de la tarde, en el momento en que María se encuentra sola en casa, Alessandro dice:

-"Assunta, ¿quiere hacer el favor de llevar un momento los bueyes por mí?". Sin sospechar nada, la mujer lo hace. María, sentada en el umbral de la cocina, remienda una camisa que Alessandro le ha entregado después de comer, mientras vigila a su hermanita Teresina, que duerme a su lado.

Alessandro le pide a María que le siga. Ella se resiste, y al no conseguir que se someta, la atraviesa a cuchilladas. La niña se pone a gritar: "¡Dios mío!¡Mamá!", y cae al suelo.

María recibió catorce heridas graves y quedó inconsciente. Al recobrar el conocimiento, llama al señor Serenelli: "¡Giovanni! Alessandro me ha matado... Venga". Casi al mismo tiempo, despertada por el ruido, Teresina lanza un grito estridente, que su madre oye. Asustada, le dice a su hijo Mariano: "Corre a buscar a María; dile que Teresina la llama".

Giovanni Serenelli llama a Assunta. María exclama: "¡Mamá!. Es Alessandro que quería hacerme daño". Llaman al médico y a los guardias.

Al llegar al hospital, los médicos se sorprendieron de que la niña todavía no haya sucumbido a sus heridas, pues ha sido alcanzado el pericardio, el corazón, el pulmón izquierdo, el diafragma y el intestino. Al diagnosticar que no tiene cura, llamaron al capellán. María se confiesa con toda claridad. Luego, durante dos horas, los médicos la cuidaron sin dormirla.

María no se lamenta, y no deja de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores. Su madre consiguió que le permitan permanecer a la cabecera de la cama. María aún tiene fuerzas para consolarla: "Mamá, querida mamá, ahora estoy bien... ¿Cómo están mis hermanos y hermanas?".

El sacerdote está a su lado. En el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: "María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino?". Ella le respondió: "Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado... Que Dios lo persone, porque yo ya lo he perdonado". A las 3 de la tarde del día 6 de julio de 1902, murió María.

Alessandro, en la cárcel, después de tener un sueño donde se le apareció María, vestida de blanco en los jardines del paraíso, escribió al obispo, Monseñor Blandino: "Lamento sobre todo el crimen que cometí porque soy consciente de haberle quitado la vida a una pobre niña inocente que, hasta el último momento, quiso salvar su honor, sacrificándose antes que ceder a mi criminal voluntad. Pido perdón a Dios públicamente, y a la pobre familia, por el enorme crimen que cometí. Confío obtener también yo el perdón, como tantos otros en la tierra". Su sincero arrepentimiento le devolvió la libertad. Después, ocupará el puesto de hortelano en un convento de capuchinos, mostrando una conducta ejemplar, y será admitido en la orden tercera de san Francisco.

Gracias a su buena disposición, Alessandro fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. En la Navidad de 1937, Alessandro se dirigió a Corinaldo, lugar donde Assunta se había retirado con sus hijos. Lo hace simplemente para hacer reparación y pedir perdón a la madre de su víctima. Nada más llegar ante ella, le pregunta llorando: "Assunta, ¿puede perdonarme?. -Si María te perdonó --balbucea-, ¿Cómo no voy a perdonarte yo?".

El mismo día de Navidad, los habitantes de Corinaldo se ven sorprendidos y emocionados al ver aproximarse a la mesa de la Eucaristía, uno junto a otro, a Alessandro y Assunta.

En el año 1947, el Papa Pío XII la beatificó, y en 1950 la canonizó. En la ceremonia estuvieron presentes su madre, de 82 años, dos hermanas y un hermano, y también Alessandro, el arrepentido asesino de la santa.

¡Cómo debemos aprender de esta santa, especialmente en nuestros días!. Ella nos enseña el valor de la virtud de la pureza: pureza de alma y cuerpo. A la vez nos enseña a saber perdonar, cómo perdonó ella al que tanto daño le hizo.

En este primer sábado del mes de julio, dedicado a la Preciosa Sangre de Cristo, pidamos su intercesión, y que seamos audaces como ella, que estemos dispuestos a derramar la sangre antes que ofender a Jesús.

Pío XII con la familia Goretti el día de su canonización.

En el siguiente enlace podemos leer unos gozos en su honor.

https://algunsgoigs.blogspot.com/2016/07/goigs-santa-maria-goretti.html

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